Si hay algo en lo que se destaca el fútbol italiano es en sus defensores. No en vano son los creadores del “catenaccio” (eficaz sistema defensivo). A lo largo de su historia fueron muchos los marcadores de este país que tuvieron trascendencia mundial.
A la hora de hacer un ranking de los cinco que más se destacaron es difícil elegirlos y seguramente siempre alguno va a quedar afuera.
Particularmente si pensamos en un defensor italiano, el primero que se nos viene a la cabeza es Franco Baresi.
Baresi, fue un emblema del Milán (jugó siempre en ese club). Con el “rossonero” ganó todo lo que se puede ganar: desde Copa Italia hasta la Champions League (en ese entonces llamada la Copa de Campeones), con la Intercontinental incluida.
Fue campeón del mundo con su selección en el mundial de España 1982 (pero no ingresó), luego salió tercero en el 1990, en su propio país, y subcampeón en Estados Unidos 1994. El “rossonero” retiró la camiseta número seis como tributo al recuerdo imborrable que dejó.
Un poco menor que Baresi, pero casi contemporáneo y con una carrera plagadas de títulos similar fue la de Paolo Maldini. Lateral izquierdo nato, pero gracias a su clase y sentido de la marca, supo desempeñarse en sus últimos años como marcador central. Debutó en la temporada 1984-85 y siempre vistió la camiseta del Milan (hasta el año 2009 que se retiró).
Heredó la cinta de capitán que dejó Baresi, tanto en el Milan como en la selección italiana. Con la “azzurra” no tuvo la suerte de ser campeón, pero estuvo cerca (tercero en Italia 90 y segundo en Estados Unidos 94). Renuncia meses antes de que comience el mundial del 2006 a su seleccionado (de no haber tomado esa decisión probablemente hubiese alzado la copa, que luego terminó consiguiendo el conjunto dirigido en ese entonces por Marcello Lippi).
Quizás el más vistoso de todos y que marcó un antes y después como prototipo de líbero en Italia fue Gaetano Scirea. El ya fallecido (muere en un accidente automovilístico en Polonia, el 3 de septiembre de 1989, a los 36 años) llegó a la Juventus en 1974 y fue uno de los pocos en conseguir el “Grand Slam” (ganar todos los títulos nacionales e internacionales reconocidos por UEFA y FIFA).
Impasable, una verdadera muralla que ayudó a su país a conseguir el tercer mundial en su historia, en España 1982. Ídolo de la “Vecchia Signora”, en el cual hoy una de las tribunas del estadio Delle Alpi de Turín lleva su nombre en conmemoración, a pesar de haber surgido en Atalanta.
Helenio Herrera fue el entrenador del Inter de Milán en la década de 1960 y pone en boca de todos al “Catenaccio”, que gracias a los títulos conseguidos era un equipo de moda en esos tiempos. Este era un sistema que se basaba en el orden defensivo y le ganaba a sus rivales de contragolpe, con lo cual la línea de fondo debía ser efectiva al punto de ser brillante. En esa retaguardia impermeable sobresalía Giacinto Facchetti.
“Giacintone”, como lo apodaban, debuta en el “neroazzurro” en 1960 y juega ininterrumpidamente hasta 1978. Logra cuatro ligas, una Copa Italia y dos Copa de Campeones e Intercontinentales (ambas ganadas a Independiente de Argentina). Tenía un físico privilegiado y buen manejo del balón.
Brilló como lateral defensivo, pero en sus inicios jugaba de mediapunta o extremo. Con su selección ganó la única Eurocopa que tiene Italia en su haber (1968, jugada en ese país). El Inter retiró la número tres en agradecimiento a su rica historia con el equipo. Una vez que dejó la práctica deportiva fue dirigente de los “neroazzurri” (llegó a ser presidente). Fallece en el 2006 debido a un cáncer de páncreas.
La imagen aún se conserva fresca como un cuadro de Michelángelo y parece que fue ayer que Fabio Cannavaro alzó la Copa del Mundo en Alemania 2006. Marcador central, aguerrido y especialista en leer las jugadas de los delanteros rivales. Uno de los puntales del último mundial ganado por Italia hace cinco años. Junto al alemán Matthias Sammer es uno de los pocos, en su puesto, en ganar el Balón de Oro al mejor jugador del Mundo (fue en el 2006).
Debutó como profesional en el club de la ciudad donde nació, Nápoles (hasta fue mascota del Nápoli de Maradona en la década del 80). Hace unos meses se retiró luego de un breve paso por el fútbol de los Emiratos Árabes. Se destacó en Juventus, Inter, Parma y hasta se dio el lujo de jugar en el poderoso Real Madrid. Actualmente tiene el record de haber vestido más veces la camiseta de su selección (135 partidos y 2 goles).
Por eso, luego de su retiro se pensaba que Italia ya no estaba capacitada en volver a tener un defensor de ese calibre y, cuando todo parecía indicarlo, aparece sorpresivamente Andrea Ranocchia.
Ranocchia es un defensor italiano de la vieja escuela: alto (1,95 metros), fuerte físicamente, dúctil con la pelota en los pies e impasable en el mano a mano. El actual jugador del Inter de Milán, tiene todos los elementos necesarios para convertirse en uno de los mejores del mundo en su puesto en un futuro próximo.
El marcador central nació en Perugia el 16 de febrero de 1988 y debuta muy joven en el fútbol profesional, a los 18 años en el Arezzo de la Serie B. Génova le vio condiciones de ser un distinto en lo suyo y compra su pase, para darlo a préstamo al Bari (allí sale campeón de la Serie B en la temporada 2008-09 y causa una buena impresión).
Luego de dos temporadas vuelve al club dueño de su pase, el Génova, pero tras jugar medio campeonato el Inter se abalanzó sobre él y en una transferencia record para su edad y rodaje (casi 13 millones de euros) se suma a uno de los clubes más prestigiosos de la península itálica.
Hoy es un titular indiscutido de su equipo y de la selección italiana. No quedan dudas de que “el heredero de Alessandro Nesta” (como le dicen los medios italianos) va a dar que hablar en una carrera que aparenta no tener techo.
¿Podrá Ranocchia llegar a la elite y ser uno de los mejores de la historia? Para ello deberá seguir rindiendo a un máximo nivel en su club y en la selección. Por lo menos modelos para imitar en su país tiene y de sobra.
Excelente, viejo. Lo felicito. Con un par de fotitos más sería el posteo ideal.
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