martes, 27 de septiembre de 2011

Bidoni Sueco

Si pensaron que se nos habían acabado los "Bidoni" están muy equivocados, ahora vamos con uno que no muchos deben saber que jugó en el Calcio.

En realidad jugar es un decir, apenas tres partidos y seis meses duró su estadía en el fútbol italiano y pensar que había sido una de las estrellas del mundial de Estados Unidos 1994

Hablamos de...

  • Bidoni III: Martin Dahlin

Un sueco que sea moreno no es muy casual, por cierto es bastante llamativo. Eso ya lo hace ser un distinto. Hijo de padre venezolano y madre sueca. Nació el 16 de abril de 1968 y se desempeñaba como delantero.

En el mundo se lanzó a la fama por realizar un gran mundial en Estados Unidos 1994, ya que fue una de las figuras de la sorprendente Suecia, la cual llegó hasta semifinales y terminó el torneo en el tercer lugar.

Kennet Andersson, Thomas Brolin, Henrik Larsson y el excéntrico arquero Thomas Ravelli eran algunos de los compañeros que tuvo Dahlin en ese mundial, que terminó siendo histórico para ellos.

En ese torneo convirtió 4 goles y terminó a solo dos por debajo de los goleadores Oleg Salenko de Rusia y Hristo Stoichkov de Bulgaria.

En la Bundesliga fue amo y señor, en especial en el Borussia Mönchengladbach donde convirtio 50 goles en 106 encuentros, una cifra para nada despreciable y la Roma fue una de las que se vio tentada ante semejante performance.

El equipo de la capital italiana necesitaba un nueve goleador, alguien que complete un reparto prestigioso junto al argentino Abel Balbo, el uruguayo Daniel Fonseca y un juvenil que daba sus primeros pasos: Francesco Totti.

La ecuación cerró perfecta y Dahlin fue ese jugador que parecía colmar las expectativas del presidente Franco Sensi y el flamante entrenador del equipo, que era nada más ni nada menos que Carlos Bianchi (tras su paso triunfal por Vélez Sarsfield) en la temporada 1996/97.

Increíblemente, pese a haber sido pedido por el técnico argentino, el sueco prácticamente ni jugó. Apenas tres partido fue lo que disputó sin goles convertidos y se transformó en uno de los fracasos más estruendosos en la historia de este club.

Para colmo la Juventus previamente había ofrecido una cifra record para hacerse con sus servicios, pero los alemanes desecharon esa oferta y la Roma se abalanzó sobre él aumentando la cantidad de dinero. Es el día de hoy que se deben lamentar por esa decisión que terminó siendo pésima.

Bianchi rápidamente se percata del bajo nivel que mostraba Dahlin en los entrenamientos (en especial porque venía de una grave lesión) y nunca pudo hacerse con un puesto de titular en el equipo.

El delantero triste por esta situación le pide a su representante que lo haga volver donde era feliz y hacía goles, por eso en seis meses y a principios de 1997 se vuelve al Borussia Mönchengladbach donde hace 10 goles en 19 partidos.

Aparentemente ese era su lugar en el mundo y pese a tener la gran oportunidad de su vida de jugar en el Calcio, la desechó por competo y su experiencia duró menos que una golondrina de verano.

Se retiró a los 33 años, en 1999, en el Hamburgo de Alemania y actualmente es representante de jugadores, dentro los cuales figura Ola Toivönen, otro delantero que al igual que él salio del Malmö y hace muchos goles en el Psv de Holanda y se le augura un gran futuro.

Quizás su asistido tenga la oportunidad algún día de jugar en la liga italiana y al menos así Dahlin tener una "pequeña" revancha.

martes, 20 de septiembre de 2011

Martes de "Bidoni"

A pedido de los lectores y debido a la repercusión del primer lanzamiento de la nueva sección del blog, hemos decidido continuar con Los Bidonis.

Nosotros nos debemos a nuestro público, así que aquí vamos con otro que hizo sapo en el Calcio y de que manera.

  • Bidoni II: Patrick Kluivert

La temporada 1997/98 para el Milán debía ser la del resurgimiento. El Rossonero buscaba recuperar el reinado que había tenido años atrás. Le quería estirpar el Scudetto a la Juventus y para eso volvió a una vieja fórmula: contratar holandeses.

Como lo había hecho a finales de la década de 1980, bajo la conducción técnica de Arrigo Sacchi, con Frank Rijkaard, Ruud Gullit y Marco Van Basten. El presidente del club, Silvio Berlusconi, buscaba esta vez apelar al pasado y que su equipo recupere la memoria.

En el campeonato anterior ya habían fichado dos ex Ajax: Michael Reiziger y Edgard Davids (pero no rindieron lo esperado y rápidamente fueron cedidos al Barcelona y Juventus, respectivamente), pero pese a eso se la jugaron y sumaron a dos más: el defensor Winston Bogarde y el delantero Patrick Kluivert.

Kluivert había sido el verdugo del Milán en la final de la Champions League, que el Ajax, conducido por Louis Van Gaal, le gana por 1 a 0 en la temporada 1994/95. Esos antecedentes sirvieron para que el equipo del norte italiano lo contrate.

Se esperaba de él que anote una gran cantidad de goles, algo que había hecho y con éxito en su paso por Ajax (ganando todos los torneos que ese club disputó entre 1994 y 1997).

Su desembardo al Calcio fue estruendoso, llegó por expreso pedido de Fabio Capello (que volvía a ser el entrenador del equipo) y se le auguraba larga vida en el Rossonero, aunque lamentablemente eso no pasó.

La adaptación no fue fácil y su rendimiento tampoco el esperado. Apenas un torneo disputó, donde jugó 27 partidos y apenas marcó seis goles. Números bajísimos, para un delantero que solía rondar los 20 goles por año.

Para colmo el Milán tuvo una temporada para el olvido: décimo en la liga, eliminado en la primera ronda de la Champions League (tras perder sorpresivamente con el Rosenborg de Noruega en San Siro por 2 a 1) y ni siquiera pudo hacerse con la Copa Italia, ya que perdió la final con la Lazio.

Arrancó como titular indiscutido y terminó siendo suplente, eso sumado a una relación tormentosa que vivió con Capello. Discusiones, una tras otra entre ambos, hizo que el técnico optara por relegarlo dentro el plantel.

Puede que su juventud le jugó en contra, para lograr con eficacia y rapidez rendir en una liga tan competitiva como la italiana. 21 años y todo un futuro por delante, aunque no sería en el Rossonero justamente.

Se tuvo que marchar, sin pena ni gloria, al Barcelona. En el club catalán triunfó y marcó goles de todos los colores, rindió acorde a sus antecedentes y terminó teniendo una gran carrera como futbolista, retirándose a los 32 en el Lille de Francia.

Al menos la "pantera", como lo apodaban, pudo salvar su carrera. Él contó en más de una oportunidad que no fue un error haber ido al Calcio, que por el contrario le sirvió de experiencia y hasta le hubiese gustado tener otra oportunidad, ya más maduro y habiendo aprendido de los errores.

Kluivert, otro de los que llegó con todos los laureles y se tuvo que ir silbando bajito y por la puerta de atrás. Cuentan que su pase fue uno de los más costosos en la historia de Milán, en especial por lo poco que jugó y rindió, además de su bajo valor de reventa.

martes, 13 de septiembre de 2011

Los Bidonis

A partir de este martes (y sí, justo tenía que ser un martes 13) inauguramos la sección de "Los Bidonis".

Bidoni en Italia se le llama a los jugadores que llegaban como estrellas y terminaron fracasando rotundamente. Para ser más precisos, jugadores que pasaron por la liga italiana sin pena ni gloria, a pesar de haber llegado con bombos y platillos.

Estaban destinados a triunfar, contaban con un buen un curriculum y trayectoria, pero el Calcio fue demasiado para ellos y debieron irse por la puerta de atrás. Los elogios se transformaron en insultos.

  • Bidoni I: Darko Pancev

Nació en la misma ciudad que la Madre Teresa de Calcuta, Skopje (ex Yugoslavia, hoy capital de Macedonia) el 7 de septiembre de 1965.

Se desempeñaba como delantero centro y en su país lo apodaban la "Cobra", por su instinto goleador y ubicación dentro del área. Cualidades que lo transformaron en un atacante temible.

Cuando llegó al Estrella Roja de Belgrado en 1988, procedente del FK Vardar de Skopje, se encontró con varios jugadores contemporáneos (entre ellos: Sinisa Mihajlovic, Vladimir Jugovic, Robert Prosinecki y Dejan Savicevic), juntos dieron que hablar al mundo del fútbol.

Pancev era el hombre gol de ese brillante equipo, que arrazó con todo lo que se le cruzó en su camino: ganaron el campeonato de su país tres veces seguidas, la Liga de Campeones en 1991 (ahora llamada Champions League) y la Intercontinental, imponiéndose al Colo Colo de Chile por un lapidario 3 a 0, siendo el autor de la última anotación. En ese mismo año se consagra con el Botín de Oro, por ser el jugador con mayor cantidad de goles convertidos en el mundo (34 goles en 32 partidos, sin embargo este premio se lo dan recién en el 2006 por un problema en el recuento de los goles) y logra además el segundo puesto en el Balón de Oro, al mejor jugador del mundo.

El Inter puso sus ojos en él y en la temporada 1992/93 lo ficha para que trate de emular, aunque sea en una pequeña porción de lo que fue capaz de hacer en su anterior club. Este equipo estaba sediento de títulos, por lo menos para cortarle la seguidilla de conquistas a su archirival Rossonero.

Su llegada causó conmoción, todos lo señalaban como el gran refuerzo de ese verano y ponían al conjunto del norte como el máximo aspirante a arrebatarle el título al Milán. En especial porque además de él, el Neroazzurro trajo a jugadores de gran calibre: el goleador del mundial Italia 1990, Salvatore Schillaci, el ruso Igor Shalimov, el alemán Matthias Sammer y el uruguayo Rubén Sosa.

Su debut en el campeonato fue en la primera fecha del torneo, en el mismísimo Giuseppe Meazza, y el Inter cae derrotado inesperadamente por 2 a 1, ante el recién ascendido Udinese (que tenía en sus filas a los argentinos Roberto Sensini y Abel Balbo). El macedonio fue duramente criticado por su floja labor en ese partido, fallando goles de fácil resolución.

Pancev sintió el rigor de las defensas italianas y apenas hizo 3 goles en 19 partidos. Una cifra por demás pobre, teniendo en cuenta los laureles que traía consigo y el dinero que Ernesto Pellegrini (presidente de Inter en ese entonces) invitió en él.

Esos números hicieron que los italianos se deshicieran rápidamente de Darko. Lo mandaron a préstamo al Lepzig de Alemania y al torneo siguiente volvió al Inter, pero en su segundo paso por la península itálica directamente ni jugó.

Su ida definitiva coincidió con la asunción de Massimo Moratti, como presidente del club de Milán y se marchó otra vez al país germano, pero esto vez al Fortuna Dusseldorf.

Su carrera fue en picada y terminó recalando en el Sion de Suiza, para retirarse allí en 1997, con apenas 31 años, debido a una lesión en la rodilla.

Se dio el lujo de jugar para dos selecciones: Yugoslavia primero (donde participó en el mundial de 1990 y convirtió 17 goles en 25 partidos) y luego, con la separación del país balcánico, para Macedonia (6 partidos y 1 gol).

Es considerado el mejor jugador macedonio de la historia (inclusive por encima del flamante refuerzo del Napoli, Goran Pandev) no pudo brillar en el Calcio y aún hoy lo recuerdan como uno de los fracasos más grandes.

Su carrera a partir de su mal paso por el Inter marcó un antes y un después en su futuro. Nunca más volvió a brillar, muchos ya ni lo recuerdan. Los hinchas Neroazzurros seguro que sí, pero no precisamente de manera grata.


De ahí venimos...


Sportivo Italiano es el equipo de la colectividad italiana en Argentina. La mayoría de sus hinchas son los inmigrantes que comenzaron a llegar en el siglo pasado, con la esperanza de encontrar en nuestro país el futuro y porvenir que no podían tener allá, debido a las guerras y crisis económicas de ese entonces.

Esos inmigrantes fueron transmitiendo sus costumbres, pasión y cultura a sus herederos, por eso es que actualmente este equipo cuenta con los hijos y nietos de estos como simpatizantes.

Se fundó el 7 de mayo de 1955 por un grupo de italianos y el equipo se llamó A.C.I.A. (Associazione Calcio Italiano in Argentina) y ahí mutó el nombre en varias oportunidades para llegar al actual Sportivo Italiano.

Su estadio se encuentra en Ciudad Evita (en frente de la Autopista Ricchieri, camino a Ezeiza) y hasta allí fuimos para presenciar el partido que jugó frente a San Telmo, el domingo pasado, por la séptima fecha de la Primera B Metropolitana.

El partido terminó con triunfo de los visitantes por 1 a 0 y el Azzurro se hunde en la tabla de posiciones y los promedios. Pero eso pasó a un segundo plano, porque notamos similitudes y coincidencias con Italia, más precisamente con el Calcio.

Llegás y te recibe una música de fondo. Son los parlantes del estadio y lo que suena es Un Estate Italiana, canción que fue el himno del mundial de fútbol jugado en Italia 1990.

No sólo eso, también encontras muchas banderas de clubes emblemáticos de la liga italiana, como el Inter, Milán, Juventus y hasta una de la Reggina. Además de que muchos van al estadio con camisetas del Calcio.

En el pasillo que te llevan a los vestuarios hay una pared dibujada con un jugador con la camiseta de la selección italiana (es Paolo Maldini, ex jugador del Milán). Además de una foto de un equipo que mandó el ACIA a Viareggio, para jugar ese torneo histórico juvenil allí, en ese equipo jugaba un tal Gabriel Omar Batistuta (ex selección argentina y goleador de Fiorentina, Roma e Inter).

Las coincidencias se siguen manifestando cuando los insultos de sus hinchas son en su idioma nativo, debido a los fallos del árbitro que no los conforma o alguna jugada mal ejecutada por sus jugadores.

Se supo que hace poco, en plena pretemporada, estuvo visitando las instalaciones el ex astro, Roberto Baggio (considerado el mejor futboliusta italiano de todos los tiempos). Noticia que hasta llegó a ser publicada en el diario Olé y en la Gazzetta dell Sport.

El presente del club no es el mejor, de hecho muchos sostienen que este es el peor momento de su historia (está penúltimo en los promedios para descender a la Primera C), pero eso no detiene a sus hinchas que siguen yendo y alentando a su equipo. Confían que aparezca la garra, lucha tenacidad.

Cualidades que han sabido tener ellos para fundar y mantener este club. La misma que trajeron desde Italia, porque de ahí venimos y eso aprendimos.


miércoles, 7 de septiembre de 2011

Roberto Baggio: ¿el mejor?



El fútbol italiano se consume con asiduidad por los argentinos, en especial desde que Diego Maradona desembarcara en el Nápoli en la década del 80.

Con la explosión de la televisión por cable, el Calcio ganó cada vez más adeptos y no es descabellado pensar que se ve casi a la par de la liga local. Muchos inclusive toman partido por algún equipo y casi todos tienen un cuadro favorito.

Entonces pensamos: ¿por qué no hacer una encuesta en Argentina, cómo si estuviésemos en Italia?. Así que salimos por Buenos Aires a preguntarle a la gente quién le parecía el mejor jugador italiano de todos los tiempos.

El 50% de los encuestados afirmó que el mejor sin lugar a discusión fue Roberto Baggio. "Il Codino" se impuso con autoridad y a pesar de no haber ganado nunca el mundial con su selección, sus más de 200 goles en la liga italiana le valieron para ganar esta elección.

El ex número diez jugó siempre en su país (Vicenza, Fiorentina, Juventus, Milán, Bolonia, Inter y Brescia). Además conquistó el balón de oro al mejor jugador de mundo en 1993. A nivel de selección salió tercero en Italia 1990 y subcampeón en Estados Unidos 1994.

Segundo se colocó Paolo Rossi, el goleador y campeón del mundial de España 1982 fue el que más cerca estuvo de "Robby", con el 25% de los votos.

"Pablito", al igual que Baggio, comenzó su carrera en Vicenza, para después pasar al Juventus. Llegó al mundial del 82 luego de una larga inactividad (estuvo suspendido por un año y medio, por arreglo de partidos). Eso no le impidió consagrarse campeón y ganar el balón de oro en ese mismo año. Debido a una lesión abandonó joven el fútbol, con apenas 30 años.

Sorprende que en el tercer puesto haya quedado Andrea Pirlo y no por sus cualidades futbolísticas, si no por haber relegado en la preferencia a jugadores de la talla de Francesco Totti o Alessandro Del Piero (ambos contemporáneos a él).

Fue el abanderado del fútbol para la Italia de Marcello Lippi en la cuarta copa del mundo que gana la Azzurra en Alemania 2006 y eso pesó para que el 10% de los encuestados lo hayan elegido.

Pirlo debutó en Brescia con apenas 16 años y participó en todas las categorías de las selecciones juveniles de su país (inclusive ganó la Eurocopa 2000 Sub 21, convirtiendo los dos goles en la final ante la República Checa de Marek Jankulovski y Milan Baros). Pasó por Inter, Reggina y Milan. Aún en actividad y recientemente fichado por la Juventus, con sus 32 años tratará de devolverle el prestigio perdido a la "Vecchia Signora" en esta temporada.

Fuera del podio quedaron en el cuarto lugar el delantero de la Roma, Francesco Totti, con el 6%. Alessandro Del Piero con el 4% en el quinto.

Y pensar que en Italia aún hoy es motivo de discusión de quien de los dos, entre Totti y Del Piero fue el mejor de la última decada. Sin embargo, por estos lados esa puja aparenta no tener peso, no al menos en el veredicto de esta muestra.

Más relegados aún culminaron Franco Baresi con un apenas 3% y Paolo Maldini cerrando con un 2%, en un merecidísimo sexto y séptimo lugar respectivamente.

Estaban en la lista también grandísimos jugadores como Dino Zoff, Giuseppe Meazza, Gaetano Scirea y Giacinto Facchetti, pero ninguno recibió votos.

La encuesta dio su veredicto y en Argentina parecen tener su favorito: Robero Baggio.

¿En Italia pensarán lo mismo?