Este es el caso del pase fugaz de Sergio Zárate, apodado el Ratón, que llegó al equipo de la región de Le Marche con la intención de hacer mantener la categoría a un humilde equipo recién ascendido.
Su promesa de llevar a la gloria el Ancona quedó en la nada. Lo que no pasó inadvertido fue su mal rendimiento en el fútbol italiano, por eso para nosotros es el Bidoni de la semana.
- Bidoni VII: SERGIO ZÁRATE
Aparentemente la temporada 1992/93 se cobró algunas víctimas en el Calcio. Ya son varios los jugadores recordados, a los que no le ha ido bien en la liga italiana en esos años y el delantero argentino Sergio Fabián Zárate no fue la excepción.
El mayor del clan de los Zárate (todos sus hermanos son futbolistas, de hecho el menor de ellos, Mauro Zárate actualmente se desempeña en el Inter de Milán y al cual él representa). Comenzó su carrera en Velez Sarsfield de su país en 1987 a los 18 años, allí asomaba como una gran esperanza.
En la época donde siendo extracomunitario era difícil (o casi imposible) emigrar, a él se lo llevó el Nuremberg de Alemania a jugar la prestigiosa Bundelisga, en enero de 1991. En ese entonces, este joven delantero extremo parecía comenzar una carrera destinada al estrellato.
En el conjunto alemán no le fue para nada mal. En un torneo y medio participó casi siempre como titular y jugó 42 partidos, convirtiendo 9 goles. Una cifra interesante, teniendo en cuenta que no era un delantero de área. Sus virtudes pasaban más en el gambetear en velocidad, mucha habilidad y juego por las bandas en la ofensiva. Generaba más que convertirlos.
A mediados de 1992 el recientemente ascendido Ancona lo ficha como uno de sus extranjeros (en ese momento solo se permitían tres como máximo, los otros eran el húngaro Lajos Detari y el defensor argentino Oscar Ruggeri), para tratar que este equipo del centro de Italia pudiera mantener la categoría.
Lamentablemente eso no pasó, inclusive Sergio Zárate ni siquiera pudo terminar el campeonato. Jugó apenas seis meses con 11 partidos en su haber y apenas dos goles, ambos convertidos en la séptima fecha ante Foggia de local (ver video).
"Es mi regalo para el Ancona", decía el presidente el club, Edoardo Longarini, el día que presentó al Ratón en sociedad.
Comenzó como titular indiscutido, pero con el correr de los partidos (como casi siempre pasa en estos casos) fue siendo relegado por el delantero Massimo Agostini, quien termino la temporada como goleador del equipo con 13 goles.
De nada le sirvió ese gran encuentro realizado ante Foggia de local. Es más la mayoría sostiene que fue el único partido donde el Ratón Zárate pudo demostrar algunos de sus dotes futbolísticos, ya que su paso por Ancona pasó casi inadvertido.
El Nuremberg lo volvió a recibir con los brazos abiertos, luego de esos seis meses. Allí demostró que en la liga alemana se sentía más cómodo, porque en 27 partidos metió 13 goles.
Los números hablan por si solos e indudablemente a Sergio Zárate no lo ayudó demasiado su estilo de juego y no pudo encajar en una liga más defensiva, como lo es la italiana.
Después anduvo en el Hamburgo (de flojo andar), para recalar en el fútbol mexicano y ser un verdadero ídolo en tierras aztecas, en especial en el Necaxa, América y Puebla (allí se retiró) donde anotó muchísimos goles y dejó un grato recuerdo.
Hoy se dedica a representar jugadores, entre ellos a su hermano menor, Mauro Zárate y hace poco en una declaración, un ya veterano Sergio Zárate, decía esto sobre su hermano Mauro y el fútbol italiano:
"Me llena de alegría ver que Maurito pudo permanecer en un fútbol donde yo no pude. Tuve una carrera satisfactoria como jugador, pero esa mala temporada que realicé con el Ancona fue mi cruz. A pesar de eso le guardo un gran recuerdo a ese club y su gente".